#ElPerúQueQueremos

LA HERENCIA DE SENDERO

Publicado: 2012-07-24

Ojo por ojo y todos terminaremos ciegos

Atribuido a Gandhi

Además de la indignación que genera el fallo vergonzoso que reduce la pena a un grupo de asesinos estatales –ahora admitido plenamente–, me causa preocupación que una de las razones del fallo de marras para no considerar como delitos de lesa humanidad los crímenes cometidos por estos sea que este grupo tenía como tarea “eliminar a los cabecillas de un grupo terrorista”, eliminación que se hacía de forma sistemática y al margen de cualquier sistema que no sea el que ellos eligieran para llevar adelante su tarea.

Siento, además, miedo al ver que un poder del estado, aquel que debería ser el menos politizado, el más imparcial, el más ciego, aludiendo a la metáfora plasmada en su símbolo, La Justicia, alega que en nombre de la paz social puede asesinarse a cualquiera sin proceso previo (evitaré usar la palabra juicio por parecerme poco técnica) que, después de una serie de acciones consecuentes y determinadas, declare si es culpable o no de la comisión de algún delito. Y ni aun cuando dentro de un proceso fueran encontrados culpables de acciones terroristas, debieron ser muertos de ese modo, pues, aunque no nos guste, la pena capital no está contemplada en nuestro sistema para los delitos cometidos por aquel execrable grupo de equívocos justicieros sociales.

En un sistema democrático no se puede pasar por encima de la ley en cualquier momento so pretexto de nada; el imperio de la ley debe ser absoluto y permanente, aun cuando esta sea imperfecta, que casi siempre lo será, pero, por lo mismo, mutable, cambiable, mejorable.

El justificar el asesinato –sea de inocentes o culpables– con la idea de lograr la paz social es parte de la horrenda herencia que nos deja Sendero Luminoso. Es su misma forma de actuar, se ha usado su misma justificación, su misma razón, su mismo método. Sus asesinatos indiscriminados en nombre de una inalcanzada justicia social tuvieron como consecuencia que la gente del común casi exija, primero, y aplauda, después, las mismas acciones por parte del Estado, un Estado, por lo demás, incapaz de entender el fenómeno que se estaba desarrollando frente a él. Incapacidad que se mantiene hasta hoy y que será, si no cambia, la misma que promoverá el nacimiento de nuevos movimientos de descontentos que no encontrarán sino en la destrucción del sistema la única forma de salir de aquel penoso estado de abandono al que los hemos condenado.

Se debe rechazar y combatir cualquier tipo de prédica que tenga al odio y la venganza como ideología y al crimen como práctica; se debe dar la espalda a Senderos Luminosos, Movadef, o cualquier nombre o disfraz que se pongan las ideologías de muerte; se debe condenar todo acto al margen de la ley, toda violación de derechos, así vengan del mismo Estado, que utilice cualquier demagógico pretexto, pues el permitir eso ahora es abrir las puertas a que en el futuro cualquiera de nosotros seamos víctimas sin derecho ni posibilidad de reclamo.


Escrito por


Publicado en

SABRÁN DISCULPAR

por Miguel Ángel Peña